Sergio L. Palacios - Doctor en física y profesor titular de física aplicada en la universidad de Oviedo.
¿Qué avance o descubrimiento de la ciencia moderna ha hecho
progresar más a la Humanidad?
Entendemos como ciencia moderna desde Copérnico hasta
nuestros días.
Una pregunta como la que aquí se plantea podría tener miles
de respuestas y todas igualmente válidas. Así que cuando los Señores Oscuros de
Naukas me propusieron la cuestión, inmediatamente me lo tomé como una forma de
sembrar discordia y provocar al personal. Y la verdad es que no me llevó mucho
tiempo decidirme por lo que a continuación me dispongo a contarles. Por
supuesto, también lo defenderé ante quien sea menester. Eso sí, no me tomen
demasiado en serio porque puede que mis argumentos no me los crea ni yo mismo.
¿Discordia y provocación, recuerdan?
Bien, ¿qué avance o descubrimiento científico ha generado
mayor progreso a la Humanidad? Les propondré uno de cada, aunque estrechamente
relacionados y dependiente el uno del otro, para que no haya quejas. Pero antes
de nada, permítanme que les distraiga un tanto a modo de introducción.
Verán, a poco que mediten y reflexionen acerca del mundo que
les rodea a diario, se podrán dar cuenta de que están inmersos en un torbellino
de tecnología. Supongo que no les costará excesivamente reconocer que la
tecnología no existiría sin un profundo conocimiento científico. ¿Cómo hemos
llegado a este nivel de desarrollo tecnológico que tanto nos maravilla, aunque
no tengamos ni la más remota idea de cómo funcionan en realidad todos cuantos
dispositivos usamos de forma habitual? ¿Qué es lo que más ha contribuido a que
el conocimiento científico y, con él, el desarrollo tecnológico, ambos de la
mano, nos hayan traído hasta hoy, el siglo XXI? ¿A qué debemos un mundo cada
vez mejor comunicado y, por tanto, en el que el conocimiento se transfiere a
gran velocidad, quizá la razón más poderosa y fundamental para que la Humanidad
avance a pasos agigantados? ¿Cómo ha sido posible duplicar la esperanza de vida
en tan sólo unos pocos siglos, si no mediante el diagnóstico precoz y exacto de
enfermedades potencialmente mortales, que luego pudiesen ser tratadas de la
forma precisa? Dejenme que se lo desvele.
El 18 de diciembre de 1856 nacía en Manchester un tal J. J.
Thomson. Basándose en estudios previos y durante el transcurso de unos
experimentos llevados a cabo en el año 1897 descubrió que los denominados
“rayos catódicos” estaban formados por unas partículas materiales diminutas,
extraordinariamente ligeras y que poseían carga eléctrica negativa. Llegó a la
conclusión de que estas partículas eran los constituyentes fundamentales y
únicos del átomo. En 1891 G. Johnstone Stoney acuñó el término “electrón” para
referirse a ellas.
Los electrones eran fácilmente controlables y manipulables
mediante el empleo de campos eléctricos y magnéticos, lo cual permitía la
creación de corrientes eléctricas, así como la generación de ondas
electromagnéticas que podían usarse para transmitir información a la velocidad
de la luz. Asimismo, los electrones provocaban incandescencia al hacerlos pasar
por un gas o un filamento de carbono, tungsteno, etc. Cada una de estas
maravillosas propiedades de los electrones permitieron el desarrollo de enormes
avances tecnológicos: telégrafo, teléfono, radio, televisión, bombilla, etc.
Cuando los electrones se frenan pueden emitir rayos X. Este
prodigio se ha utilizado tanto para diagnóstico médico (patologías óseas y, en
menor medida, de ciertos tejidos blandos) como para el mismísimo discernimiento
de la estructura cristalina de la materia, entre otras aplicaciones.
El primigenio tubo de rayos catódicos inspiró, más tarde, la
válvula de vacío (que se emplearía profusamente en las primeras máquinas
calculadoras) y ésta, a su vez, daría lugar a la invención del transistor en el
año 1947.
¿Se imaginan ustedes el mundo actual y nuestras vidas si no
existiesen la radio, la TV, los superconductores, la microelectrónica, los
rayos X, las telecomunicaciones, las bombillas, los ordenadores? ¿Acaso no es
la vertiginosa velocidad a la que se transmiten la información y el conocimiento
de un extremo al otro del globo terrestre lo que ha provocado el mayor progreso
de la Humanidad? Pues la culpa de todo ello es de una misteriosa y fascinante
entidad, mitad onda y mitad partícula (tal y como sabemos hoy en día) cuyo
comportamiento aún seguimos desentrañando y que recibe el nombre de ELECTRÓN.
Seguiremos teniendo noticias suyas en el futuro, se lo puedo asegurar.
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